viernes, 10 de septiembre de 2010

Capítulo 1

Hola, ¿Qué tal están? Yo bien, avanzando en mi misión. Voy a buen paso, y han pasado cosas grandiosas para llevar tan solo un par de días de viaje. Les contaré desde el inicio.

Viajé a Littleroot Town gracias a mi amigo Frank, quien tiene una compañía de mudanzas, y le tocaba esa ruta en aeroplano, por lo que no podía perder la oportunidad de viaje gratis.

Llegué a Littleroot Town sin problemas, es un pueblito agradable, sin mucho movimiento. Es un buen lugar para vivir. Apenas llegué, pude divisar algunas casas y, por sobre todas ellas, el laboratorio del Profesor Birch, con quien había quedado no hace mucho para recoger mi primer Pokémon.

Rápidamente me dirigí hacia el laboratorio, en donde me informaron sin preámbulos que el Profesor Birch se encontraba en la ruta 102, atrapando algunos Pokémon para el laboratorio, así que me fui hacia allá.

Al llegar, no supe por qué no me sorprendió ver al Profesor siendo atacado por un Poochyena. Ya había escuchado historias acerca de la torpeza, o tal vez inocencia de Birch, por lo que le grité si necesitaba algún tipo de ayuda. El profesor me gritó desesperado que tomara una de las pokeball que se encontraban en su maletín, a poco pasos de mí, y que detuviera a aquella "temible bestia" que lo atacaba. Eso hice, tomé la pokeball que traía una pequeña planta impresa, y me propuse a luchar con aquel Poochyena.

Lanzé la pokeball y de ella emergió una figura verdosa que luego pude identificar claramente como un Treecko, uno de esos Pokémon lagartija. El Treecko me miró a los ojos, inexpresivo, lo cual me hipnotizó por algunos segundos, hasta que caí en cuenta de la situación por los continuos gritos del Profesor Birch. Le ordené apresuradamente que atacara al Poochyena, así que el Treecko saltó, y en un abrir y cerrar de ojos, había derrotado al Poochyena de un sólo ataque, tan letal como la oscuridad, y tan pesado como la noche.

Pronto nos dirigimos hacia el laboratorio del profesor, en donde oficialmente me regaló al Treecko que había utilizado para salvarlo, como mi primer Pokémon. No me quejo, este Treecko es un Pokémon bastante fuerte, y sentí una gran conexión con él en la batalla. Sé que nos llevaremos muy bien.

Mi Treecko se llama Knoche, es bastante serio, frío, listo para la batalla en cualquier momento.

El Profesor Birch me dio un Pokedex para registrar las especies de Pokémon que vea en mi viaje, y así realizar mi pequeña contribución al campo de la investigación Pokémon. Además, me dice que hace pocas horas le había dado un Pokémon inicial a una entrenadora. Me pareció una buena idea ir a conocerla, ya que eso me facilitaría la travesía por la región, después de todo, 2 cabezas son mejor que una, así que le pedí al profesor la ubicación de la chica, a lo que él respondió que estaba en la ruta 103, entrenando.

Subí por la ruta 102, y de la nada, una manada de Poochyenas me arrinconó, así que lancé a Knoche a la batalla. Ninguno de los Pokémon atacaba al preparado Knoche, hasta que llegó un Poochyena mucho más grande y temible que el resto. Era obvio que era el líder de la manada. A lo lejos, se veía, intentando ocultarse, el Poochyena que estaba atacando al profesor Birch, así que supuse que era una especie de ajuste de cuentas.

Mi Pokémon estaba listo para luchar, cuando varios de los Poochyena saltaron al ataque. Knoche era mucho más fuerte que los atacantes, así que los venció fácilmente usando Pounds, y luego de vencer a un par más, aprendió el ataque Absorb. Aquel gran Poochyena estaba claramente frustrado por mis repetidas victorias contra su mandada, así que atacó a Knoche, tackleándolo repetidas veces, causándole así grave daño. Tuve que escapar del lugar, directo al centro Pokémon de Oldale Town, el pueblo que quedaba al norte de la ruta 102, y asi curar a Knoche.

Al anochecer, Knoche estuvo lo suficientemente bien para acompañarme a buscar a la misteriosa entrenadora de la que me había hablado, aunque mi Pokémon estaba empeñado en regresar a pelear con el Poochyena líder. Le prometí ir luego de conocer a la entrenadora, Knoche estuvo relativamente de acuerdo, así que subimos a la ruta 103 y, a lo lejos, pude observar a una entrenadora, teniendo una batalla Pokémon.

Me acerqué a ella, y observé como le ordenaba a su Torchic terminar con un Zigzagoon que estaba ya bastante débil.

Luego de la batalla, me presenté ante elle, pero al parecer su noción sobre los modales es bastante errada. Su nombre era Vivian, una chica bastante hermosa, aunque arrogante e insoportable en proporciones bíblicas. Me retó a una batalla Pokémon, en la cual derrotó a mi no muy preparado Knoche con Lucy, su poderosa Torchic, quien se encontraba en un nivel muy superior al de mi Pokémon.



Tuve que regresar rápidamente al centro Pokémon de Oldale Town, en donde pasé la noche, mientras Knoche se curaba de esa ardua batalla. Esta vez me aseguraría de que mi Pokémon descansara lo suficiente para el prometido reencuentro con el líder de los Poochyena. Durante la noche, le conté a la enfermera Joy mi última batalla Pokémon, y me dijo que no podría ganar con un sólo Pokémon en mi equipo, por lo que me regaló 5 Pokeballs.

A la mañana siguiente, Knoche estaba en perfectas condiciones. Nos dirigimos a la ruta 102, en la búsqueda del líder de los Poochyena, y lo encontramos. En resumidas cuentas, fue una dura batalla, en donde Knoche venció gracias a su experiencia en pasadas batallas y su nuevo ataque Absorb. El resultado fue la unión de aquel Poochyena alfa a mi equipo.

Su nombre es Scar, es un Pokémon valiente y buscapleitos, y también bastante poderoso. Cabe destacar que siente una gran rabia hacia Knoche, quien le derrotó últimamente.

Durante ese día estuve entrenando a Knoche y a Scar en la ruta 103, y al anochecer me fui a Petalburg City, la ciudad con un gym más cercana. Al Gym estaba cerrado, así que no pude pelear esa noche. Me fui al centro Pokémon, en donde la enfermera Joy me dijo que Norman, el líder del gym, no se encontraba entonces, y que aunque estuviese, no podría luchar con él a menos que tuviese las 4 primeras medallas de Hoenn, y para comenzar, debería a ir a Rustoboro City para conseguir mi primera medalla. Pasé la noche en el centro Pokémon de Petalburg.

Ya es de mañana, pienso salir hacia la ruta 104 en pocos minutos. Knoche y Scar están listos para el viaje, así que no tengo nada por qué preocuparme.

Ese ha sido todo mi viaje hasta ahora, nos leemos dentro de poco, cuando llegue a Rustoboro City.

¡Hasta pronto!

Equipo

Knoche - Lv. 12 Scar - Lv. 8

domingo, 5 de septiembre de 2010

1 - Mis primeros días como entrenadora

¡Hola a todos!
¡Fu!
No tienen idea de la agotada que estoy, ¡si supieran de dónde les escribo! No se pongan a adivinar que de todas maneras les voy a decir. Estoy en el Centro Pokémon que está justo antes de entrar a Monte Luna, ¿acaso no es una locura? Yo si lo creo, tengo apenas un poco más de una semana que me convertí en entrenadora legalmente. Aquí les va mi cuento.
Ya había pautado previamente con el Profesor Oak que me daría mi primer pokémon y mi licencia de entrenadora, por lo que sólo me quedaba esperar por el día acordado. Cuando por fin llegó, me desperté, me aseé, me vestí y salí de mi habitación directo a la calle. Mi madre, de lo más tranquila, no me dijo nada a pesar de llevar un traje alusivo a un Flareon, pero apenas toqué el sendero de la casa me topé con el Profesor Oak.
Creo que ya los años le pesan, se me quedó mirando como si no me conociera y comenzó a hablarme de los pokémon, como si fuera tonta. Después me preguntó mi nombre y me insistió tanto que se lo repetí, lo mismo pasó con el nombre... ¡de su propio nieto! En fin, después de ese extraño intercambio de palabras se fue volado a quién sabe dónde. Me lo volví a topar antes de llegar al laboratorio, me acerqué a la grama inconscientemente y el vejete loco me agarró por los brazos y me arrastró a su laboratorio delirando y diciendo que la grama era peligrosa si no tenía ningún pokémon conmigo... A raíz de eso asumí que era superpoderosa, ya que en el jardín de mi casa hay mucha grama y jamás me pasó nada... Si, chiste malo, pero fue lo que pensé en ese momento.
En su laboratorio siguió regañándome por tanto tiempo que llegó Green (su nieto), justo cuando le recordé que me tenía que dar mi pokémon, entonces el chico se puso a patalear porque el quería uno también. Me adelanté y escogí a un lindo Charmander y él, por niñerías, escogió al Squirtle. No le presté ni la más mínima atención a su alardeo de "este pokémon es más fuerte que el tuyo", "mi pokémon es más genial que el tuyo", "tú pokémon no es rival para el mío" y más blablablá. Mientras él se hinchaba el ego, yo le colocaba mote a mi Charmander, quien de ahora en adelante deberán recordar que se llama Velvet.



La verdad, Velvet es un Charmander un tanto extraño, es una lindura, hay veces en las que es tan adorable que te provoca abrazarlo hasta la asfixia, pero es muy temperamental, le gusta hacerse el fuerte y alardear (igual que Green), y eso si, es muy fácil hacerle enfadar. Eso lo descubrí con el paso de los días por supuesto.
Cuando terminé de hacerle a entender a mi Charmander que tendría que responder al nombre de Velvet, me di la vuelta para terminar de preparar mi mochila e irme de viaje de una vez, pero Green me cerró el paso y me retó a una batalla. No esperó a que le confirmara ni nada, solo le ordenó a su Squirtle atacar. Estuve a punto de perder, pero gracias al cielo, el temperamento de Velvet me ayudó a no ser humillada por el resto de mi vida. Claro, Green, por el contrario, prácticamente salió llorando de ahí diciéndome que a la próxima no tendría tanta suerte, ya saben, lo que dicen los malos perdedores.
Para no hacerles el cuento más largo, llegué a Viridian City sin ningún problema, es más, Velvet obtuvo un poco de experiencia en el camino y nos encontramos a un tipo que nos regaló una muestra de Potion muy amablemente.
Cuando me dispuse a seguir hacia Pewter, me topé con una chica y un viejo que estaba tumbado en el suelo. Al intentar pasar, el viejo me empezó a gritar como loco que esa era propiedad privada y la chica se excusaba diciendo que era que no había tomado su café. Le di una paliza al viejo y seguí... bueno, eso hubiera querido hacer...
Mientras esperaba que al viejo le dieran su café (o le pasara un camión encima) me acerqué al Mart para curiosear un poco, en eso me llamó la dueña de la tienda preguntándome si conocía al Profesor Oak, al responderle que si se emocionó toda y me pidió que le llevara un paquete que le había llegado al vejete. Si no era el colmo que mi obstáculo más grande fuera un viejo psicótico que tenía bajos los niveles de cafeína ahora era mensajera... ¡Yu-jú...!
Volví a Pueblo Paleta (desgraciado el día que conocí al troll del Mart) y le llevé el estúpido paquete al viejo (ya estaba obstinada y comenzaba a anochecer). Después de muchos blablablá, entró Green (de nuevo) y su abuelo le dio una Pokedex, de mal en peor, el chico volvió a alardear y me echó en cara que su hermana le daría un mapa y que se encargaría de que yo no tuviera uno. Por suerte, Velvet aprendió Ember en el camino y lo corrí del laboratorio y dejándole el trasero en llamas. El Profesor no tardó en darme una Pokedex, diciéndome que ya era muy viejo (como si no se notara) para llenarla y que era su sueño, pero que como no podía nos pedía el favor.
Así terminó mi primer día como entrenadora, llegando de nuevo a Viridian hecha polvo.
Al día siguiente, me encontré la grata sorpresa de que el viejo ya no estaba tirado en el suelo y que podía pasar. Antes de seguir, me acerqué el Mart y compré unas pokebolas. El troll de dueño, antes de irme, hizo un comentario acerca de mi traje de Charmander.
Fui directo al Viridian Forest, esperando entrenar a Velver y toparme con algún pokémon interesante. Por suerte, lo hice, me encontré un pokémon que no era Bug. Era un adorable Pikachu regordete, un peluche en movimiento. Entre Velvet y yo logramos atrapar a esta adorable amigo, al que llamé Ger.



Ger es bastante hiperactivo, no puede quedarse quieto, además que es muy cariñoso conmigo. Gracias a eso, aunque era algo difícil, logré entrenar a Ger sin problemas. Cuando me devolví a Viridian, me metí por el camino equivocado y terminé cerca de la Liga Pokémon, en donde me encontré a Green, quien me retó a una batalla. Ger se lo... digamos que... le dio una paliza xD
¿Qué les puedo decir después de eso? Pasé varios días en el bosque, no perdida en realidad, sino entrenando. Aunque cuando me dispuse a cruzarlo si que me perdí, pero tuvo su lado bueno. Velvet evolucionó



Se las voy a hacer más corta todavía. Llegué a Pewter sin ningún problema, vencí a Brock con Velvet (¡viva Ember!) y me fui disparada hacia Monte Luna.
Me encontré a muchos entrenadores por ahí, fue una buena práctica para Ger ya que no participó en Pewter. En eso encontré algo que no me esperaba... ¡JIGGLYPUFFS!
¡Me moría! Yo adoro a los Jigglypuff, son tan "redondamente" adorables. Decidí capturar uno, pero no fue nada fácil, el primero nos durmió a Ger y a mi sin más. Para el segundo fui preparada con tapones para los oídos y un Pidgey que había capturado por ahí, ya que Ger y Velvet eran más fuertes que los Jigglypuff, pero se me acabaron las pokebolas cuando tenía acorralado a ese Jigglypuff y tuve que tirar la toalla. Después de muchos intentos (y de cambiar al Pidgey por un Nidoran Macho) por fin capturé un Jigglypuff, ¡me sentí tan dichosa!
A la pequeña la bauticé Sonata



He aquí la parte más "fail" de mis días de novata. Cuando saqué a Sonata de su pokebola para explicarle que debía responder a ese nombre, quise probarla para ver qué sabía hacer en batalla. Después de tantos intentos, pasó lo siguiente:

- Sonata... de verdad cantas muy lindo... - dije bostezando después de otra siesta inducida por Sonata - ¿Pero no sabes hacer otra cosa que cantar? -.
La Jigglypuff se me quedó viendo por un muy largo rato, entonces agarró aliento y volvió a cantarme una nana.
En vista que Sonata no hacía más que cantar, tuve que utilizar a Velvet para entrenarla hasta que por fin aprendió Pound y posteriormente Disable. Por ello es que me he tardado en entrar a Monte Luna. Mañana me adentraré en aquellas cuevas oscuras, a la espectativa de encontrarme algún pokémon interesante.
Pero, mientras llega la mañana, me haré trajes de Ger y Sonata.

¡Nos vemos luego!
Chauu! Besos!

Pokémon capturados
Weedle, Rattata, Spearow, Nidoran Hembra, Nidoran Macho, Metapod, Kakuna, Caterpie, Pidgey

Equipo
Velvet (Charmeleon, Nivel 18), Ger (Pikachu, Nivel 18), Sonata (Jigglypuff, nivel 16)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

¡Hola a todos!

¡Es un placer! ¿Qué tal les va?
Permítanme presentarme. Soy Benaia, una chica de 18 años que es entrenadora pokémon y tiene deseos, como muchos otros en el mundo, de convertirse en un Maestro Pokémon.
Estos Diarios, que escribiré junto a mi viejo y querido(a veces tarado) amigo Qwerty, son para que ustedes conozcan nuestras experiencias y nuestros puntos de vista sobre nuestros viajes y lo que nos suceda.
Para que no les siga pareciendo una completa extraña, les hablaré un poco de mi.
Aunque luego les mostraré una foto mía, soy una chica de estatura promedio, ojos color miel y cabello rojizo de corte extraño.
Nací en la región de Kanto, específicamente en Vermilion (de ahí es que conozco a Qwerty), pero me mudé cuando cumplí los 13 años. Mi padre se fue de viaje (eso fue lo que me dijo mi madre, en realidad nos abandonó) y jamás volvió, por lo que mi madre decidió que nos mudaríamos al lugar más recóndito de Kanto... Pueblo Paleta. He vivido ahí desde entonces y dentro de poco iniciaré mi viaje por la región.
Tengo una afición gigantesca por diseñar y hacer mi propia ropa, asi que cuando les muestre fotos de mis viajes me verán con trajes alusivos a algún pokémon, quién quita que de los míos propios.
Me encanta Jigglypuff y juro que atraparé uno, ¡son demasiado adorables cuando se inflan y todo!

Ahora, solo estaré esperando qué me depara en mi viaje.

¡Hasta entonces!

domingo, 29 de agosto de 2010

¡Buenas noches!

¡Saludos! ¿Qué tal, gente del mundo?

Mi nombre es Qwerty, o al menos así me hago llamar, y soy un entrenador Pokémon, al igual que muchos de ustedes.

Decidí comenzar este diario junto a Benaia, una vieja amiga, y así hacer saber a los detalles de nuestros viajes.

Para comenzar y entrar en confianza, en esta primera entrada les hablaré un poco de mí y de mis propósitos en mi viaje como entrenador Pokémon.

Tengo 18 años, nací en Vermilion City, en la región de Kanto, pero me mudé desde muy pequeño a Slateport City, en Hoenn. Mis padres la eligieron porque les recordaba al fresco ambiente de Vermilion.

Tengo una gran afición por los Pokémon de tipo fantasma, los cuales me producían gran terror hasta darme cuenta de que el sentir miedo es una de las cosas que nos hace sentir vivos y seguir adelante. Mi Pokémon favorito es Dusknoir, y entrenar uno como mi mejor Pokémon es uno de mis sueños, al igual que tener un poderoso Banette, el cual comparta mis repentinas ansias de molestar a los demás.

Aunque mi pasión son los Pokémon del tipo fantasma es enorme, siempre he sentido una atracción especial hacia 3 Pokémon que han estado presentes en mi familia durante toda mi vida, las 3 poderosas aves legendarias: Articuno, Zapdos y Moltres.

Desde que soy niño, las leyendas e historias de estos 3 legendarios Pokémon han vivido en mí, y sería un gran placer conocer a alguno de estos 3 grandiosos seres, así como mi padre conoció al poderoso Zapdos, en una tormenta eléctrica mientras viajaba por Kanto, y mi madre al gran Moltres, pero esas ya son otras historias. Las 3 aves legendarias han formado una parte importante de mi vida, por ello tengo un tatuaje en su honor, en donde aparecen los 3, que cubre completamente mi brazo derecho.

Mañana viajaré a Littleroot Town, y comenzaré mi primer viaje Pokémon a través de la región de Hoenn, el cual, como dije anteriormente, narraré paso a paso en este diario, con la esperanza de que cosas grandiosas pasen en por mi camino.

Espero que mi historia sea de su agrado, !Nos vemos pronto!